TANTO ESPINO
Me duele el cuerpo
de tanto espino,
de las simientes
de las arañas
negras
que a todo
alcanzan.
Ansío el camino
descalzo,
tanto de mar como
montaña
donde no lleguen
las arañas.
Ansío las praderas
de escarcha,
tanto de luz como
de agua,
donde no trepen las
arañas.
Ansío las mentes
despejadas
los sonoros besos
de un abrazo,
que no conocen las
arañas.
Ansío el amor y su
altura,
el incondicional y
el que hace falta.
eso que no pueden
tener las arañas.
Ansío estar donde
no duela,
no hay esquina, ni
rincón
no hay praderas.
Me duele el cuerpo
de tanta, como dice
Gloria,
de tanta charca,
de tantas arañas
que con sus
tentáculos
lo mancillan todo
con tanto
chanchullo
y tanta farsa.
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